viernes, 26 de enero de 2018

Martes de enero 9:15 EsadCyl

Es una hora extraña. Todo parece muy tranquilo. Apenas pasan coches por la carretera. El sonido de hora punta que inunda las calles de la ciudad se convierte aquí en un murmullo lejano que arrulla más que molesta.

No se oyen voces. No hay grupos de alumnos charlando animadamente en las escaleras. Ni siquiera hay fumadores intercambiando más humos que palabras. No se deja ver ninguna de esas amistades bañadas en nicotina y alquitrán.

Apenas cantan pájaros. Es pronto para verlos volar. La niebla de enero cala sus plumas y ahoga sus voces.

Solo el sonido de mis propias pisadas me recuerda que no estoy ante una fotografía inmóvil. Suenan distintas sobre la hierba mojada que sobre la tierra húmeda o el duro asfalto. Suena a mañana de enero pisar los restos de sal de las escaleras. Suena al frío de las nueve de la mañana el silencio que envuelve el edificio.

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